"Las cadenas de un hábito no se sienten; las adquirimos con mucha facilidad, más después nos cuesta mucho romperlas" . Samuel Jonson
Los seres vivientes en todas su historia, han tenidos que lidiar con cadenas a través de toda su existencia. Algunas visibles, pero las mas peligrosas son aquellas que no muestran la verdadera puerta de encierro, que no podemos ver hasta que nos toca la puerta, cuando ya es demasiado tarde.
La cadenas de opresión se han convertido en el pan nuestro de cada día, tanto así que la hemos consagrado en nuestra vida como hábitos que tienen que estar en nuestro vivir, mas que objetivos fundado y razones de existir. La sociedad se queda congelada y obediente cuando se le quiere destruir, porque nos ofrecen comportamientos nocivos a ella y los vemos como un hábito.
Los inventos de la realidad humana, nos lleva al hábito de quedarnos inmune ante los planes de convertir nuestro muy escaso hábito alimenticio, para satisfacer hábito de desperdiciar energía de sitio que no conocen montar buses, tren, o cualquier tipo de transporte masivo. Es una forma de terminar de acabar una forma de vida humana privandonos de alimentarnos cuando tenemos ese privilegio.
La costumbre de encadenarnos, aunque no veamos las cadenas, es los hábitos que hemos digeridos durante toda nuestra existencia de la raza, que nos han hecho creer que es algo rutinario y común, y la única opción que nos dan es la de sobrevivir como una acción de dormir y poder despertar en el siguiente rocío del amanecer.
2 comments:
Te prometí asomarme un día a tu blog para revolotear entre tus posts y lo he hecho. Me he posado en el último del mes de Mayo, aunque hay otros que me gustan más.
Perdona mi atrevimiento al contradecir, en parte, la idea que tienes de que las cadenas son un hábito. Deseo recordarte,que no siempre es asi, no en su esencia, aunque si hay ataduras que derivan a lo habitual.
Pensamos juntos que la raza humana es un ente encadenado de alguna manera. Miro a mi alrededor y me veo inmersa en cadenas comerciales, alimentarias, de comunicación e información como nexos que fluyen al gran canal de la globalización actual, la madre de todas las interdependencias, mal que nos pese.
¿Nos encadenamos? ¿Nos encadenanan? Veo respuestas para todo, ya que en nosotros convive el acepto de cadenas como asideros normativos para mantener nuestra vida social, con el rechazo a cadenas de medidas represivas impuestas por otros.
Cuando nos enamoramos nos encadenamos casi irracionalmente, puesto que es algo querido que completa nuestra existencia. También cuando una ley prohibitiva nos impide disfrutar de algo personalmente deseado, podemos terminar aceptando su imposición para no romper el molde social. Estos ejemplos son bien palpables, pero parece que no los vemos, como si fueran encadenamientos invisibles. Sin embargo, hay formas de ataduras, deseadas o admitidas, que nos hacen infelices sin darnos cuenta, no se ven pero dañan nuestro espíritu. Éstas nos acechan durante toda la vida y nos salvamos de ellas mirando a otra parte,o engañándonos a nosotros mismos.
En realidad, las cadenas no siempre provocan la lucha contra la quiebra injusta de nuestra libertad individual o colectiva. Existen cadenas voluntariamente asumidas, a nivel personal,con secreta complacencia.Lo drámatico se da cuando se hace frente en solitario a nuestras carencias de libertad íntima, a la falta de espacio para desarrollar nuestra personalidad, según nuestros rasgos subjetivos.Pero hemos de hacerlo para no caer en una existencia vegetativa, anodina y acomodaticia, de falsa felicidad.
Pensar que cualquier manifestación de vida está articulada sobre una cadena biológica, como el caso del rocio mañanero, que se transforma desde el vapor de agua para convertirse en esa gota fresca, cristalina y efimera olvidada por todos.
holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa... tu crees que me habia olvidado de ti.. PUES NO!
No me he olvidadod e tu blog.. tu sabes que yo soy una fan de tus escritos.. sigue adelante este me encanto.. un besoooooooooooooo
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