En las montañas donde se conjugan los cielos y picos, anidan las águilas con su increíble visión, la cual la ayuda a sobrevivir en un mundo muy injusto. Paradoja existente, donde prevalece la codicia de rapiña. En los volcanes adyacentes a nuestro cielo, se deslizan lavas que solo muestran la verdadera visión de las colinas, que nos enseñan lo interno real de un fenómeno que nos quema y tenemos que dejar salir.
En los mas altos estamentos terrenales, coexisten fuerzas que equilibran la naturaleza, que hacen ver el dominio humano, muy inofensivo. La defensa usada por la especie pensante del planeta, es la repuesta destructiva la cual ahoga a todos sus componente y lo sustituye por la nada. Las visiones de aquellos que están en los Montes Olympus terrenales, son los que nos observan y enviar sus lavas a todos aquellos que desean someter. Para realizar sus reclutamientos, dejan de activarse por un tiempo, luego que lleguen a sus veredas aquellos que puedan serle fiel a sus planes y los advierten cuando sus erupciones se acercan.
Donde se nos escapa todo es cuando hasta cuando sus devotos amigos, tratan de calar y alimentarse del fuego interno que prevalece en ese ambiente y se sitúan como unos herederos alternos a los cambios que transforman las visiones aquellos que nos "cuidan y observan" y se hacen peligrosos a las erupciones programadas y sus intenciones quedan en cenizas y buena intenciones, que luego venden como Ideas, para entretener a los demás.
Las ideas ahumadas, calcinadas y hecha polvo nos bajaran de las cimas y tendrán efecto contaminados en nuestro pensar. Originando temor en las futuras enfadadas de la colina, y nublandonos la vista verdadera hacia esta. El Águila con su gran visión y posición en el ambiente, son la diferencia para poder tenerla como guia y salvación, solo tenemos que aprender a conseguir esa claridad y colocarnos a salvo de esos que nos vigilan y nos observan.
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